ANA DUERME
- Ayrton Gerlero

- 25 mar
- 1 Min. de lectura
Escribe: Ayrton Gerlero
Arte: Adriel Olaia

Sin pensarlo mucho, Ana dio tres pasos moribundos antes de caer de rodillas. Uno por el cielo, uno por la tierra y uno por lo que está en medio. Con una mano llena de sangre y tierra, tomó al comisario por el cuello de la remera civil, le acercó la cara al oído y, con sus últimos respiros, dijo palabras que por siempre harían eco en las calles y callejuelas de los pueblos: “Vos no vas a tocar a nadie, ninguno de ustedes va a poder tocar a nadie, nunca más.“ Y al cerrar los ojos, Ana lanzó una puñetazo a la quijada del hombre, rompiendo quijada, hombre y a su pequeña guardia de seis tipos. Siete cuerpos estallaron, y solo uno se durmió para siempre en las tibias sábanas del puño que se alza y descansa. Buenas noches, Ana. Hoy pienso en vos. En lo que toma venganza y en lo que duerme.




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