UN GOBIERNO DE FACHOS
- Tobías Corvalán

- 22 feb
- 11 Min. de lectura
Manipulación del odio, movilización social para quitar derechos y ataque a toda organización popular, son prácticas sociales que distinguen a la derecha argentina en este siglo. Este ensayo analiza, a través del trabajo de Daniel Feierstein, cómo el gobierno actual es el resultado de una avanzada fascista en la Argentina.
Escribe: Tobías Corvalán
Arte: Gabriel Ferreyra

Javier Milei hace tiempo viene alimentando el “enano fascista” que, según la periodista italiana Oriana Fallaci, los argentinos tenemos adentro. Si bien ninguna comunidad es fascista por naturaleza, como ha demostrado Daniel Feierstein (2023), puede pensarse esta idea en tanto potencialidad, es decir, como la posibilidad que tenemos todas las personas de ser habladas y actuadas por el odio. Ese enano no anida siempre igual, sino que se construye, se nutre y se refuerza desde los centros de poder.
Según Feierstein, la avanzada fascista en Argentina es un fenómeno novedoso, muy propio del siglo XXI. Si bien durante la última dictadura hubo un despliegue de mecanismos de terror sin precedentes por parte del Estado, la violencia se desplegaba desde arriba, es decir, no teníamos grupos de vecinos agrediendo a otros. La dictadura genocida desestructuró los lazos de solidaridad que regían en la sociedad, pero no movilizó, sino todo lo contrario, buscó la desmovilización de la clase trabajadora.
Desde finales de los 90 y principios de los 2000, se han desplegado un conjunto de prácticas fascistas a través de los medios de comunicación, que se vienen profundizando en las últimas décadas. Así hemos podido observar el fortalecimiento de una derecha que apela y hace uso de prácticas que cultivan el odio hacia distintas parcialidades de la sociedad: los “negros de mierda”, los “zurdos que van a correr”, los pueblos indígenas “terroristas”, los homosexuales “degenerados”, etc...
Entendemos que el triunfo de Javier Milei y La Libertad Avanza en las elecciones de 2023, se corresponde con esta avanzada fascista en nuestro país. A través del trabajo de Daniel Feierstein en La construcción del Enano Fascista (2023) intentaremos pensar al gobierno de Javier Milei desde el concepto de fascismo. Entendemos que, lamentablemente, se han gestado las condiciones necesarias para tener a la cabeza del Estado “un gobierno de fachos”.
La movilización reaccionaria
Uno podría pensar que un pueblo que sale a la calle, que participa políticamente, que pone alto su voz es por naturaleza progresista, es decir, que apuntaría a la conquista de derechos. Sin embargo, los fascismos, por primera vez en la historia moderna, logran movilizar a la sociedad de una manera reaccionaria: para recortar derechos. En este sentido la motosierra en Javier Milei es significativa, ¿a cuántas personas hemos visto enfatizando en un símbolo que representa recortes, despidos, ajuste, cierre de ministerios, comedores sin comida y cese de los medicamentos a los jubilados?
“En tanto práctica social, el fascismo implica la posibilidad de movilización activa de grandes colectivos y su participación -también activa- en la estigmatización, hostigamiento y persecución de grupos de la población (identificados a partir de su origen nacional, su diversidad étnica, lingüística, cultural, socioeconómica, política, religiosa, de género o identidad sexual, etc)” (pág. 38).
Los fascismos hacen que las clases subalternas no mren a los verdaderos responsables de nuestros problemas socioeconómicos (el poder económico concentrado, el capital transnacional, el sistema bancario, el extractivismo, que según Feierstein resultan cada vez más invisibles). Considerar al fascismo como práctica social, implica poner el ojo en la gestación de una sociedad que habilita prácticas xenófobas, racistas, discriminatorias, punitivistas. El odio que gestan los fascismos es movilizante, porque busca activar y hacernos actuar, pero no nos moviliza contra las estructuras que reproducen las injusticias y la explotación, como puede leerse en propuestas revolucionarias, sino que se trata de un odio desplegado hacia el par, hacia el vecino o la vecina, hacia el compañero de trabajo, o el compañero de escuela; un odio que nace de las frustraciones y los resentimientos que acechan a las clases populares, pero que no es redirigido hacia los verdaderos responsables, sino hacia personas que están sufriendo igual o peor que uno.
El fascismo nos dice: “la estás pasando mal por culpa del inmigrante que viene a quitarte el laburo y la salud, por culpa de ‘los planeros’ que ‘no trabajan’ y cobran un salario social complementario o de los piqueteros, que te cortan la calle y demoran el tráfico”. Pero no menciona los 100 millones de dólares en subsidios impositivos que recibe Marcos Galperín. Tampoco dice nada sobre los Macri, quienes, mientras muchas industrias nacionales cerraban debido a las políticas neoliberales de la última dictadura, hicieron crecer sus empresas (de 7 a 20) gracias al Estado. Ni sobre la deuda tomada por Toto Caputo, el “mejor ministro de la historia”, según Milei, de la cual los argentinos no vimos ni una moneda. Ni siquiera habla de lo sucedido recientemente con el “Grupo Libra”, que, con ayuda del presidente, estafó en cuestión de horas a miles de personas por aproximadamente 90 millones de dólares.
Si bien son prácticas que se han ido gestando en todo el campo político y mediático, La Libertad Avanza ha sabido canalizar y profundizar. “Javier Milei busca con su lengua incendiaria despertar lo que Judith Butler llama ‘pasiones fascistas’: un modo de producir goce al destruir a lxs otrxs.” (Gago, Cavallero y Puyaps; 2025) Las pasiones más oscuras de una sociedad se propagan y se instalan mediante discursos de odio que normalizan la agresión y el hostigamiento.
Agustín Laje, intelectual de derecha, muy cercano a Milei, expresaba en su canal de youtube:
"Celebramos a la Policía, los felicitamos. Cada balazo bien puesto en cada zurdo ha sido para todos nosotros un momento de regocijo. Cada imagen de cada zurdo lloriqueando por el gas pimienta en su cara ha sido para nosotros un momento muy placentero de ver" .
El despertar pasiones tan violentas lleva a una sociedad a festejar despidos masivos o a justificar el gaseo a una niña en una marcha, o la lleva a mostrarse apática con los cientos de jubilados que fueron golpeados por la policía luego de que el Estado les negara un mísero aumento.
El cultivo del odio ha llevado a las sociedades a cometer actos terribles en el pasado. Hoy es alarmante porque la instigación a la violencia viene cruzando límites, el mismo Javier Milei escribía en su red social X, intentando justificar al magnate Elon Musk luego de que realizara un saludo Nazi tras la asunción de Donald Trump como presidente de EEUU:
“Los que luchamos por la libertad ya no estamos solos. Somos millones. (...) No sólo no les tenemos miedo. Sino que los vamos a ir a buscar hasta el último rincón del planeta en defensa de la libertad. Zurdos hijos de puta, tiemblen".
Las prácticas fascistas se han instalado y fomentan la agresión, como lo demuestra el video en el que la actual diputada de La Libertad Avanza, Lila Lemoine, durante un curso de “militancia digital”, incita a atacar a Ofelia Fernández (referente de Patria Grande). Otro ejemplo es el acto de presentación de la agrupación “Las Fuerzas del Cielo”, donde no solo se exhibió una estética fascista con banderas en el escenario que llevaban la consigna “Dios, Patria y Familia”, sino que el youtuber de derecha “El Gordo Dan” (fundador de la agrupación) la presentó como la “guardia pretoriana” y el “brazo armado” de La Libertad Avanza.
En relación con este último caso, el gobierno no tardó en aclarar que la expresión “brazo armado” era una metáfora y que, en realidad, hacía referencia a los celulares como el arma de la batalla cultural librada en internet. Sin embargo, queremos alertar sobre el peligro de presentar la discusión política en estos términos, independientemente de si se trataba de una metáfora o no. En el departamento de General Alvear, Mendoza, un reconocido doctor, Armando Kapluk (actualmente afiliado a La Libertad Avanza), posteó en un grupo privado de facebook llamado "Las Fuerzas del Cielo":
"Con tal de volver y seguir choreando los KAKA son capaces de destruir el Pais y no lo podemos permitir. Es más : NO LO VOY A PERMITIR. Esto no es una amenaza. ES UNA REALIDAD Y YA NOS ESTAMOS ORGANIZANDO PARA QUE NO OCURRA. ES EL " COMANDO ANTIKAKA NACIONAL". Y TENGO 550 BALAS DE 9 mm que así lo afirman. No van a volver. Por las buenas o por las malas. NO ME LOS FUMO NUNCA MÁS."

En definitiva, estos ejemplos demuestran que las nuevas derechas son fascistas, porque buscan convocarnos para que seamos nosotros quienes salgamos a agredir, insultar o, incluso, matar.
La manipulación del odio
Un sistema político y económico injusto y desigual no hace más que provocar broncas sociales. Indigna que las clases trabajadoras no lleguen a fin de mes, indigna que un millón de niños se vayan a dormir sin poder cenar, indigna que haya gente que no le quede otra que dormir en la calle e indigna que gobiernos que enarbolan la bandera de la Justicia Social permitan el aumento de la pobreza y la desigualdad… y así podríamos seguir. Y está bien que nos indigne. Es fundamental que nos molesten situaciones como estas si queremos construir una sociedad mejor. Pero como se ha mencionado, las nuevas derechas se han propuesto redirigir estás broncas hacia los sectores más débiles.
En este contexto, el fascismo ha sabido canalizar los desencantos y la amargura de los trabajadores, de la pequeña burguesía,y de sectores excluidos. Y en este ejercicio de canalización ha inventado responsables: los “zurdos”; los “kukas”; los “progres” (u otras expresiones estigmatizantes que intentan delimitar un enemigo interno).
La comunidad LGBTQ+ tampoco ha podido evitar ser foco de ataque, el 23 de enero, en el Foro Económico Mundial de Davos, Javier Milei, frente a magnates de todas partes del mundo, brindó un discurso que atacó fuertemente al feminismo, las luchas ambientales y lo que denominó como “agenda woke” (que según intelectuales orgánicos de La Libertad Avanza se tratarían de políticas que atentarían contra los “valores de la sociedad occidental”: una occidentalidad que se piensa blanca, heterosexual y cristiana). El presidente declaró:
“(...) Quiero ser claro que cuando digo abusos no es un eufemismo, porque en sus versiones más extremas la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil. Son pedófilos. Por lo tanto, quiero saber quién avala esos comportamientos"
A pesar de que Milei hace tiempo viene corriendo los límites de lo “decible”, el discurso llama la atención porque deja en evidencia el despliegue de prácticas fascistas por parte del gobierno. Si consideramos que la promoción de la “ideología de género”, según la derecha, se produciría mediante la legalización del matrimonio igualitario, la educación sexual integral (ESI) en las escuelas o con la habilitación del DNI no binario, nos podemos preguntar… ¿En qué cabeza cabe pensar que el reconocimiento de las demandas de una minoría, mediante la ampliación de derechos, puede despertar la pedofilia?
Evidentemente se trata de un ejercicio discursivo de manipulación del odio: a un problema que preocupa a la sociedad se le inventa un responsable. Expresiones como las del presidente son auténticas manifestaciones fascistas porque proyectan el desprecio que genera un pederasta hacia una identidad sexual y/o de género. Construye a las disidencias como potenciales abusadores y como un enemigo al cual hay que destruir, recordemos su convocatoria a, “extirpar el cáncer”, que como indica Funes y Ansaldi (2004, como se citó en Ansaldi y Giordano, 2016) “La lectura de la sociedad en clave médica diagnostica patologías. Mas muy a menudo, y aunque pueda parecer sorprendente, la receta es no sólo el rechazo y el aislamiento (...) sino la propia destrucción física - esto es, la muerte - de los enfermos”.
Es preocupante que, en un contexto en el que la transfobia y la homofobia son parte de un problema estructural, se la legitime desde el Estado. Creemos que hay poca distancia entre los dichos del presidente en Davos y lo que se pudo ver y escuchar en un video del libertario Marcelo Palazzo para Viena TV, que luego de ir provocar a la Asamblea Antifascista, se acercó a un hombre que pasaba frente a la plaza y le preguntó “¿Que hay que hacer con estos?” a lo que el hombre le respondió “hay que matarlos a todos”.
La desarticulación de las organizaciones populares
Como bien indica Feirstein (2023) debemos entender a los fascismos como una estrategia de realización de la victoria de los sectores del capital concentrado, que buscan derrotar a la organización de las clases populares. En el siglo XX buscaron destruir la organización de los trabajadores que amenazaban al capital con una propuesta revolucionaria y, hoy, a otras formas de organización. En nuestro siglo la organización de los sectores populares, que a través de regímenes reformistas, pudieron limitar las consecuencias del capitalismo salvaje y negociar con el estado mejores condiciones de vida, -por ejemplo, mediante la ampliación de derechos históricamente reclamados y la garantía de derechos conquistados o con planes de salario social complementario o con salud y educación pública-, constituyen una amenaza.
Por eso no es curioso el ataque que se promueve a dirigentes políticos con un importante rol en la organización popular, como Juan Grabois, que ha sufrido de difamación en los grandes medios de comunicación que lo han llevado a ser víctima de distintos tipos de agresión en la vía pública, como tampoco es curioso que Adorni haya dicho en conferencia que el gobierno se propone eliminar cualquier vestigio de la izquierda en la sociedad.
Para el beneficio de los ricos y los poderosos se necesita destruir la organización de los pobres y oprimidos. Porque el pueblo organizado es el único que le puede poner freno a los intereses de la clase dominante que impulsa políticas deshumanizantes, una economía excluyente y a un retroceso en materia de derechos. Como indica Barroso (2024), en un artículo para la revista La Maza, para reafirmar el poder de los ricos y el capital se “debe atacar a todo tipo de forma que cree comunidad y lazos de solidaridad: desde el movimiento feminista, pasando por la educación, el arte y la ciencia, hasta llegar a los movimientos de los DDHH. Hay que producir al individuo emprendedor, de ahí una vida análoga al mercado”.
Por la construcción de un frente antifascista
La Libertad Avanza se fundó en un contexto en el cual las prácticas fascistas comenzaban a normalizarse; se hicieron cada vez más frecuente prácticas políticas novedosas: que agitaban a la sociedad para el recorte de derechos, que proyectaban los descontentos en sectores con escaso poder, muchas veces vulnerables, y que buscaban desarticular las organizaciones populares. Milei, de alguna manera, logró canalizar el fascismo emergente para su crecimiento político. No habría sido posible el triunfo del partido 'libertario' en 2023, si la sociedad argentina se hubiera mostrado intolerante con prácticas sociales y políticas de odio que dirigieron el hostigamiento hacia sectores identificados a partir de su origen nacional, diversidad étnica, cultural, política, religiosa o de género. Algunos ejemplos ilustran este contexto:
Baby Etchecopar, en Radio 10 (2018):
“Se terminaron los hijos de puta, los enemigos están en retirada, se están yendo. Ya corrimos a los ingleses, a los españoles y ahora estamos corriendo a los kirchneristas.”
Eduardo Feinmann, en Radio La Red (2018):
“Basta de joda, basta de mantener vagos planeros (...) ¿Cuándo vamos a cortar con estos trosko-anarco-kichneristas?”Sergio Berni (2014): “Yo le puedo asegurar que esto es lo que pasa todos los días, ha sido una muestra más que significativa de lo que venimos sosteniendo hace más de tres años: que estamos infectados de delincuentes extranjeros que vienen a la Argentina a delinquir amparados por la laxitud judicial.”
Alfredo Cornejo, en la red social X (2023):
“No hay ni hubo Mapuches en Mendoza”
Como plantea Feierstein, el resurgimiento del fascismo en este siglo no solo es producto de una exitosa estrategia de marketing, sino que existen orígenes más profundos: la desconexión de las izquierdas de las clases populares y el abandono de un horizonte universalista.
Para frenar el fascismo no queda más que la articulación de todos los colectivos desperdigados: sindicatos, movimientos sociales, feminismos, movimientos antirracistas, populismos, reformismos e izquierdas. Una articulación que implique el compromiso a combatir la irradiación de este tipo de prácticas al interior de las propias organizaciones y a construir una alternativa construida sobre principios básicos de solidaridad y justicia social.
“Si creemos que para conformar un frente antifascista necesitamos constatar que ha llegado una persona de bigotes que alza el brazo y grita en aleman, si necesitamos que cree un partido único que se identifique con una esvástica y exprese su odio contra los judios y gitanos, poco habremos entendido acerca de la complejidad de las relaciones sociales y de la variabilidad de sus formas a través del tiempo.” (Feierstein; 2023; p.184)
Referencias.
Barroso, R. (2023, 2 de octubre). ¿Cuántos más sapos tiene que besar la princesa para darse cuenta que el príncipe no va a llegar? Revista La Maza. https://www.revistalamaza.com/post/cu%C3%A1ntos-m%C3%A1s-sapos-tiene-que-besar-la-princesa-para-darse-cuenta-que-el-pr%C3%ADncipe-no-va-a-llegar
Gago, V., Cavallero, L., & Puyaps, N. (2025, 28 de enero). Un estado pedófilo. Revista Anfibia. https://www.revistaanfibia.com/javier-milei-davos-un-estado-pedofilo/
La Nación. (2025, 23 de enero). El discurso completo de Javier Milei en Davos 2025 (23/01/2025) [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=WyGMorQrHew
Viena TV. (2023, 10 de octubre). NOS PEGARON LOS LGBT EN LA ASAMBLEA ANTIFASCISTA CONTRA MILEI [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=zkPLAuj0FTc
Bibliografía.
Feierstein, D (2023) La construcción del enano fascista. Los usos del odio como estrategia política en Argentina. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Capital Intelectual.




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